La mujería desea compartir con sus lectoras y lectores hechos e historias de mujeres que desempeñan y han desempeñado papeles importantes, mujeres contemporáneas o de siglos pasados, artistas, científicas, cocineras, guerreras, etc, queriendo promover, visibilizar y dignificar a la mujer en distintos ámbitos y realidades.

miércoles, 3 de agosto de 2016

LOS INNOMBRABLES

De seguro recordarás aquel “señor oscuro”, (el que no debe ser nombrado) de la célebre saga de Harry Potter, no es extraño que en nuestra sociedad existan varios elementos que son también innombrables, elementos que muchas veces están asociados a posturas políticas, deportivas e ideológicas. Sucede también muy fuertemente durante la adolescencia: época de pubertad donde estamos descubriendo cosas nuevas. Una de esas palabras es menstruación y algunos de sus sinónimos como “el periodo”, “la regla” y “luna”. Esta censura la sigo viendo en la adultez, en el comportamiento de las personas, en la publicidad y en las redes sociales, el veto a varios aspectos de lo femenino continua, un ejemplo reciente es  la restricción de fotos de madres amamantando a sus hijos en Facebook o las fotos que fueron eliminadas de Instagram por mostrar a una mujer con su pantalón manchado y en otras situaciones cotidianas , como si se tratase de una blasfemia, algo tan común, que casi podría apostar que a todas nos ha pasado por lo menos una vez en nuestras vidas.
http://www.rupikaur.com/period/
Para hablar del tema quiero hacerte una contextualización rápida de lo que ha significado en occidente: La palabra menstruación se ha asociado con raíces similares a las de “mes/month” y “luna/moon”.  En el pasado, culturas ancestrales veían en las fases de la luna la naturaleza de la mujer, una etapa en la que el óvulo crece, madura, muere y el ciclo comienza de nuevo. Son periodos naturales, normales, donde se identifica una ventana de aprendizaje y liberación para dejar atrás miedos, prejuicios y recomenzar con la luna nueva, existe además una etapa donde se incrementa la percepción y reflexión, y explícitamente durante el sangrado, somos más analíticas e intuitivas (lo anterior también tiene explicación científica por los cambios de saturación en la sangre, cambios de temperatura, liberación de hormonas, etc.). En el caso de que el óvulo sea fecundado el útero se prepara para acoger vida reconociéndose así nuestra conexión con la madre tierra, dadora de vida. Sin embargo, toda esa visión-conexión y conocimiento se desdibujó,  y se cubrió con el manto de la visión occidental.

La cultura
Pensaría que la mayoría de nosotras en la adolescencia temprana tuvo una conversación con la mamá donde se nos explicó de alguna manera más o menos profunda lo relacionado con el periodo, incluso en tiempos de la abuela lo llamaban la época de “volverse señorita”. En el colegio, en clases de biología estudiábamos lo básico de sexualidad, órganos reproductores, y muy poco acerca de las más temidas palabras periodo menstrual y sexo. Creo que todas antes de “desarrollarnos” teníamos una idea de lo que esto significaba, posteriormente, fue materializando. No obstante, ese silencio continua su reinado en muchos escenarios. Al crecer vamos perdiendo la “pena” y lo hablamos con amigas y familiares-mujeres, pero son muy pocas las que lo hablan con hombres que no sean su pareja. En el ámbito laboral, aun muchas mujeres ocultan las toallas, tampones, etc. (incluso se le pone nombres absurdos como “galletitas” ¬¬), cuando deben ir al baño a cambiarse, hacen todo lo posible  porque nadie se entere que tienen su periodo. No sé si se trata de vergüenza, no podría afirmarlo, pero si lo veo como un reflejo de nuestra sociedad que muestra la poca apertura de hablar de un tema tan cotidiano, que le pasa a no sé, ¡solamente a la mitad del mundo!, y que irónicamente ha sido tabú por siglos.
Algunos estudios muestran como aun es común que mujeres en el supermercado al momento de comprar toallas o tampones hagan fila para pagar en cajeros donde otras mujeres están atendiendo, en algunos países incluso se envuelven en periódico o doble bolsa para que la gente no se dé cuenta “de los productos femeninos que llevas”.

De la misma manera, en algunos países se considera inapropiado hablar de tema relacionados con la menstruación al frente de hombres como lo relevó un estudio en Estados Unidos (The Tampax Report: Summary of Survey Results on a Study of Attitudes towards Menstruation, 1981). Solo al revisar información para este documento me di cuenta que yo hacía parte de ese grupo, y que nunca había tocado el tema con los hombres de mi familia ahora me pregunto ¿Por qué? Así que remitámonos a algunos antecedentes históricos: Antiguamente las mujeres en nuestra sociedad tenían ciertas restricciones religiosas; (el cambio se dio en 1983) -específicamente hablando de la iglesia católica- no teníamos permitido tocar la sacristía u otros artículos considerados sagrados como la ropa del clérigo. Era necesario cubrirse la cabeza para recibir la comunión y OJO la ostia se recibía directamente en la lengua o con una servilleta o pañuelo, nunca directamente en la mano ¿cómo si fuera a perder su purificación?  Las mujeres no tenían permitido cantar en la iglesia y mucho menos hacer parte del coro, ni siquiera coros mixtos eran permitidos. Hace  poco más de 30 años, en una de las reformas estas  restricciones sustentadas en nuestra impureza de sangre fueron revocadas aunque, claro, aun las mujeres no tienen el aval para la ordenación y la consagración .

En este contexto creo que las cosas para nosotras van cambiando, pero lo más importante es tener una mentalidad clara respecto al tema y eliminar esas ideas de “impureza”, “tabu” o vergüenza que ocurren con frecuencia (¿recuerdas ese mito, vergonzosamente popular en Colombia que dice que las mujeres que están menstruando no deben alzar a un bebé porque le puede dar “pujo”?).

Sin embargo quiero ir más allá e introducir la realidad de otras mujeres y niñas en el mundo, algunas que realmente lidian con grandes limitaciones por cuestiones asociadas a su periodo.  En algunos países de Asia y África la menstruación es vista como algo impuro, incluso las niñas pueden llegar a ser aisladas y encerradas en una habitación donde deben permanecer aproximadamente un mes (el tiempo varía de acuerdo a las creencias culturales). En algunas zonas de la India no pueden cocinar debido a que se cree que pueden contaminar la comida, al igual deben usar cubiertos y platos separados, y no pueden consumir ciertos alimentos. En ciertas tribus de Nepal a la mujer no se le permite dormir con la familia mientras está menstruando. En otros países está prohibido jugar, dormir durante el día, ir al colegio, o participar de actividades religiosas. Incluso algo tan cotidiano como bañarse puede ser problemático porque hay creencias de que quedarían infértiles  (http://www.sswm.info/category/background/background/background/health-and-hygiene-issues/menstrual-hygiene-management, https://www.theguardian.com/global-development/2016/apr/01/nepal-bleeding-shame-menstruating-women-banished-cattle-sheds ).

Esta es la realidad de cientos de mujeres que durante su periodo deben enfrentar muchas limitaciones lo cual genera profundas desigualdades educativas, culturales, y disminuye las oportunidades  laborales  y aumenta la dependencia económica. Vale la pena resaltar que en Europa existieron creencias similares, se pensaba que la mujer no podía participar en la producción del vino ya que si lo tocaba éste se estropearía y acidificaría, al igual sucedería con la mantequilla y otros productos.
Datos de la UNICEF  revelan que en estos lugares, las niñas que están menstruando comúnmente se quedan en casa, y utilizan trapos viejos y algodón para absorber el flujo menstrual. Las más arriesgadas van al colegio en estas condiciones temiendo que algún trapo se caiga o la absorción sea insuficiente… para complicar la situación la falta de agua hade difícil lavar los trapos, y cuando lo logran deben secarlos a escondidas, en algunas ocasiones pueden quedar húmedos y así son usados en el siguiente periodo empeorando las condiciones de higiene. Actualmente existen iniciativas para producir localmente  toallas e interiores reusables como Be girl (liderado por una colombiana) o AFRIpads, programas que inspiraron esta entrada, además de tratar de garantizar la provisión de los elementos que usamos comúnmente y que ya mencionamos. (http://www.refinery29.com/2015/10/96150/menstrual-products-global-access-girls-education)

Productos menstruales

En nuestro mundo occidental tenemos multiplicidad de opciones toallas, protectores y tampones, los primeros han aumentado su absorción y disminuido su tamaño al pasar el tiempo, siendo cada vez más cómodos. Los segundos dan una mayor seguridad y evitan los olores, muy útiles al practicar actividades físicas y en general para “toda ocasión”. No obstante, estudios han mostrado que en su fabricación se utilizan químicos para brindar esa sensación de limpieza generada por el color blanco, pero que son tóxicos en cantidades repetidas lo cual debe ser evaluado con detenimiento al pensar en un órgano tan irrigado como la vagina. Adicionalmente, tanto las toallas como los tampones tienen una alta huella ecológica, tardan cientos de años en descomponerse.

Por otro lado tenemos las menos publicitadas copas, estas al igual que los tampones se insertan en la vagina y son reusables, contienen los fluidos como sangre, coágulos, tejidos, que perdemos durante el periodo. Las primeras veces que se usa la copa nos enfrentarnos a varios paradigmas ¿Cómo ponerla? ¿Cómo vaciarla? Pero nada que la práctica no pueda superar. Tiene limitantes como su costo, cierta dificultad para conseguirla (aunque a través de redes sociales ahora es mucho más accesible), cuidados de limpieza, y principalmente superar la etapa de aprendizaje de uso. Para algunas mujeres puede resultar más fácil y si se toman el tiempo suficiente y comienzan a usarla en casa, es una oportunidad  para conocer mejor nuestros músculos vaginales, características de  color y volumen de nuestro sangrado, e incluso algunas copas indican la cantidad en onzas, información muy útil para mujeres con tendencia a sufrir de anemia.
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Actualmente existen herramientas de educación como la cartilla ilustrada  mestrupedia de la India http://www.menstrupedia.com/comic/spanish , kits para orientar la solución de estos problemas, y una apertura para hablar de una manera más clara de la menstruación en todo el mundo. Al igual, el programa el programa WASH de UNICEF con una aproximación holística busca que las niñas y mujeres cuenten con los elementos necesarios para vivir su periodo con dignidad tales como toallas (reusables o no), copas, infraestructura con agua y con un sitio de desechos y finalmente educación de calidad relacionada con este tema EL PODER HABLAR CON CLARIDAD DE LA MENSTRUACIÓN E INVOLUCRAR A HOMBRES Y MUJERES POR IGUAL ES NECESARIO PARA DISMINUIR LA  BRECHA DE DESIGUALDAD Y CREAR MAS OPORTUNIDADES PARA LAS MUJERES.