La mujería desea compartir con sus lectoras y lectores hechos e historias de mujeres que desempeñan y han desempeñado papeles importantes, mujeres contemporáneas o de siglos pasados, artistas, científicas, cocineras, guerreras, etc, queriendo promover, visibilizar y dignificar a la mujer en distintos ámbitos y realidades.

domingo, 8 de mayo de 2016

La madre de muchas madres

Hoy quiero dedicarle este escrito a la madre de muchas madres, una madre que es amada por unos y odiada por otros, una madre que rara vez es perfecta, una madre que nos brinda tierra, agua, fuego y aire. Es la madre que queriéndola o no, nos ha dado mucho de lo que somos y como la mayoría, madre solo hay una (aunque hay excepciones...). La madre es bella aunque tenga hijos espantosos, que le hacen pasar histó(é)ricas vergüenzas. Ella es mi madre, ella es mi Patria.

Hacía tiempo quería rendirle una especie de homenaje a esta patria, que más que un lugar es un concepto, un imaginario abstracto que se materializa en sus personas, su geografía, su cultura y su vida. La recuerdo con cariño cuando pienso en el viento frío que suavemente golpea entre sus montañas, en el calor agobiante de sus valles, en el olor a sal de sus costas, el olor a almidón del sur, el olor a caña de sus carreteras, en su cielo gris y nublado de la ciudad de los 2600, en el dulce sabor del agua de panela, en el trinar de los copetones a la madrugada, en el olor a pan fresco, el sonido de la lluvia, del granizo.
Este sentimiento se extiende a las muchas personas, que aun teniendo - y principalmente -  un origen humilde, hacen de este país un país mejor.


Su confuso himno poco explica su esencia,  tal vez esta frase sea de las más correspondientes a la realidad: ¡En surcos de dolores, el bien germina ya!. Mi patria ha llorado, ha sangrado, ha sido robada, extorsionada, mancillada, violada, torturada, explotada, ultrajada, rebajada… Ha sido escenario de crímenes y ha sido testigo de muchas injusticias  cometidas por sus hijos y le ha tocado aguantarlos, sostenerlos, alimentarlos.
Despreciarla sería fácil, pero no estaría correcto. No es ella la que ha cometido el crimen.
Amo profundamente a Colombia, a pesar de todas sus imperfecciones, la admiro. Un país que a pesar de tantas dificultades, de tantos años de sufrimiento y pesares, también es capaz de producir tantas alegrías, tanto orgullo, tanta esperanza.


Lejos de ser perfecta, la madre de muchas madres es también nuestra madre. ¡Feliz día a ella y a todas sus hijas madres!.