La mujería desea compartir con sus lectoras y lectores hechos e historias de mujeres que desempeñan y han desempeñado papeles importantes, mujeres contemporáneas o de siglos pasados, artistas, científicas, cocineras, guerreras, etc, queriendo promover, visibilizar y dignificar a la mujer en distintos ámbitos y realidades.

domingo, 5 de abril de 2015

NUNCA DETRÁS! SIEMPRE AL LADO!

Con motivo de la celebración del Día Internacional de la Mujer, he sido honrado con la amable invitación de las anfitrionas para compartir en estas pocas líneas, desde mi perspectiva masculina propia, alguna impresión u opinión referente a esta conmemoración y a la representatividad que tiene en el mundo de hoy y en la lucha centenaria de las mujeres por hacerlo más equitativo, menos hostil.

Muchísimas cosas podría decir, sin duda. Y si la habilidad de plasmar fidedignamente una idea por medio de las letras hubiese sido depositada en mí, nada más quisiera que discurrir ágilmente en temas que abarquen el origen, desarrollo y actualidad de la causa feminista. Lo haría a veces con la misma empatía que una causa como esta genera en sus adeptos, otras lo haría con ánimo argumentativo y de debate constructivo, porque si algo he aprendido con el paso y el peso de los años es que no todo lo que se ve es realidad ni todo lo que se escucha es mentira. Por fortuna, las limitaciones de este humilde escritor casual no me impiden expresar dos cosas sencillas: admiración y gratitud. A eso quiero dedicar este pequeño esfuerzo creativo.

 Deseo, más que nada, felicitar a estas mujeres que con cariño y dedicación alimentan este espacio con ideas y opiniones que son fruto no sólo del simple análisis estadístico o cultural del contexto de género (lo que es muy común en nuestras fuentes regulares de información), sino que nacen también del trabajo responsable y comprometido con su propio sentir y con el sentir de aquellas mujeres que encuentran en los textos un punto de identidad, de convergencia y de respaldo en la búsqueda de la igualdad. Parte de una canción reveladora, que me gusta mucho, dice: ‘es fácil vegetar, dejar que otros hablan y decir: “ellos saben más que yo”; ponerse una insignia, correr detrás de un líder’. Y en este punto, de nuevo, cobra vital importancia el trabajo de las creadoras de La Mujería: he sido testigo privilegiado del génesis y de la evolución de un proyecto que con voz propia, no prestada, enarbola las banderas de la lucha femenina. Dar un ”me gusta” a una publicación de aquellas que inundan el espacio virtual, compartir por enésima vez el artículo que alguien más compartió o manifestar apoyo a la causa desde la comodidad del que a nadie quiere importunar, resulta ser, en estos tiempos modernos y convulsionados, sumamente fácil y en consecuencia, fútil. Por el contrario, resulta muy difícil hoy en día encontrar voces como la de las anfitrionas: coherentes con su propio discurso, que tienen la valentía de llamar a las cosas por su nombre y que en primera línea afrontan las consecuencias que tiene el no callar. Felicitaciones de nuevo a quienes mueven La Mujería por ese proceder proactivo, y ante todo por enseñar  con el mejor método que existe: el ejemplo.

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No me resta sino agradecer infinitamente por las muchas cosas bellas que me ha dado este espacio. Gracias al trabajo desinteresado de sus creadoras soy una persona con fe renovada en el sentido de pertenencia y apropiación de los ideales. Ustedes son inspiradoras, dignas de la admiración y cariño de quien les sigue. Necesitamos muchas más de ustedes!

Y especialmente a ti, guerrera hermosa, quiero darte las gracias por todo aquello que me has enseñado desde el tesón y la entereza de tu feminidad. Gracias por no rendirte. Con amor, dedicación e integridad has hecho que quiera ser ese gran hombre del refrán, que como el título de estas líneas, tiene a su lado, y nunca atrás, una maravillosa mujer.


Viva La Mujería!