La mujería desea compartir con sus lectoras y lectores hechos e historias de mujeres que desempeñan y han desempeñado papeles importantes, mujeres contemporáneas o de siglos pasados, artistas, científicas, cocineras, guerreras, etc, queriendo promover, visibilizar y dignificar a la mujer en distintos ámbitos y realidades.

jueves, 5 de junio de 2014

LA MUJER, LA PAZ Y LA GUERRA

Para comenzar, quiero  darte mi opinión sobre la guerra: Sin duda es la peor tragedia de la humanidad, es la vergüenza más grande de la historia, sé que se discute mucho acerca de los grandes avances tecnológicos que trae consigo, pero no existe ningún retroceso mayor - en términos de evolución social-que la guerra en sí misma, tras ella, debe existir un re-comenzar y una re-construcción, desde poner una piedra sobre otra hasta la reparación del tejido social, ese tejido, que se empieza en casa.

De lo que se conoce de la historia, las guerras han sido protagonizadas mayoritariamente por hombres, esto debido en gran parte a que se suele documentar más al campo de batalla y a las directrices impartidas para configurarla, y estas son las áreas donde menor participación han tenido las mujeres, siendo tan solo el 1% de todos los combatientes de la historia (según el autor Joshua S. Goldstein en su libro Guerra y género), representan el 3% de uniformados en el mundo y solo en 6 países las mujeres conforman el 5% de las fuerzas armadas, ocupando en su mayoría cargos de oficina y en áreas de salud. En Estados Unidos, donde mayor participación tienen las mujeres en los ejércitos, las uniformadas han manifestado que esa incorporación no ha sido fácil, alrededor de la tercera parte de ellas declara haber sido víctima de abuso sexual, verbal o físico y son blanco de constantes hostigamientos y discriminaciones.

Resulta curioso que en los grupos al margen de la ley, la participación de las mujeres sea mucho mayor, las guerrillas son claros ejemplos donde esta incorporación no es rara y pese a que principalmente estén en  mandos bajos y tareas médicas, demuestran buen desempeño como soldados, incluso algunas de ellas demuestran extrema crueldad. Existen también casos de incorporación en los ejércitos regulares, por ejemplo, durante la II Guerra Mundial, el ejército soviético enlistó cerca de 800.000 mujeres de entre 17-20 años, mujeres que recibieron entrenamiento militar y algunas de ellas fueron al frente como soldados, enfermeras, francotiradoras  o cargando cadáveres. La ganadora del Nobel en literatura, Svetlana Alexievich, en su libro “la Guerra no tiene rostro de mujer”, narra como una sobreviviente recuerda que una noche un grupo de alemanes seguía de cerca a su compañía, y una mujer soldado que acababa de dar a luz, asfixió con sus propias manos a su hijo para salvar la vida de sus compañeros (…). También en los períodos de guerra las mujeres han asumido roles reconocidos como “masculinos” para garantizar el mantenimiento de las ciudades y de la guerra misma, durante la I y II Guerra Mundial, las mujeres fueron a las fábricas, trabajaron la tierra, criaron sus hijos, movieron y alimentaron las ciudades mientras los hombres luchaban en el frente.

Por un lado combatiendo y por el otro padeciendo.

En la mayoría de conflictos armados gran parte de los hombres de la población civil son incitados u obligados a integrar alguno de los bandos (igual suerte tienen algunas de las mujeres), ancianos, niños y mujeres usualmente son la población que más padece los impases de la violencia, en Colombia por ejemplo constituyen la mayoría de los desplazados.

“Llegaron a mi casa pa´ que les cocinara: ¡Tiene cinco minutos pa´ que pele cinco pollos y los cocine!”

Los conflictos, las violencias, las guerras civiles, suelen tener un componente atroz y es consecuencia de su larga duración; es la sevicia con la que los combatientes ejercen violencia sobre la población (collares bomba, minas antipersona, torturas públicas…), son guerras de años que se sustentan en catástrofes y masacres pero también en  violencias cotidianas; cuenta una mujer víctima del conflicto en Liberia (África) que un grupo de armados llegaba al barrio y al ver una mujer embarazada, algunos apostaban si era niño o niña, mataban a la mujer, le cortaban la barriga, veían y cumplían la apuesta.
El centro de memoria histórica en una de sus publicaciones “Mujeres y guerra” describe como fueron esas violencias cotidianas en las regiones de los Montes de María, donde grupos paramiliatares ocuparon poblaciones y hubo un proyecto de “reorganización social” donde se aplicaban violentamente ciertas normas: 1. Las mujeres eran relegadas al espacio privado (no política, no trabajo, no calle, no fiestas). 2. Los homosexuales eran castigados. 3. El ser “blanco” (en zonas habitadas primordialmente por afrodescendientes) era sinónimo de “distinción social”. No podían haber mujeres reunidas, eran tildadas de chismosas, de infieles, lo que tenían que hacer era mirar la casa y los hijos!

Pero una de las formas más violentas y denigrantes, es la violación sexual, este tipo de violencia es la más ensañada contra las mujeres en todos los conflictos armados conocidos. A veces es ejercida sistemáticamente como un arma de guerra, para dejar devastada a la población, usada como represalia a los compañeros de estas mujeres víctimas, para embarazarlas y dejar una cruel evidencia de esa violencia y de esta forma descomponer la sociedad en la cual habitan. También es un tipo de “castigo”, usada por ejemplo por alias el “Oso” (Comandante de las AUC en Colombia), que como violador tenía el apodo de el “Golero” (en la costa atlántica es un ave carroñera), atribuido por que en las violaciones el “golero” no discriminaba a sus víctimas (jóvenes, bellas, adultas, madres, abuelas e incluso discapacitadas). O simplemente violar porque sí, ser bella era razón para ser violada, el crecer, el desarrollarse biológicamente era una fatalidad, algunos padres lograban esconder o enviar lejos a sus hijas y de esta forma evitaban que fueran susceptibles a este tipo de crimen. La violencia sexual puede tener consecuencias físicas dolorosas, desde el desagarro vaginal (muchas veces son usados elementos para infringir dolor), infertilidad, incontinencia, infecciones, enfermedades de transmisión sexual como el SIDA, embarazos no deseados y en algunos casos estos hijos también son víctimas (en Boznia y Ruanda algunos son llamados “los hijos de la vergüenza”), pero por supuesto que toda violencia sexual trae consigo trastornos psicológicos de todo tipo, vergüenza, humillación, miedo, es difícil volver a su vida anterior, temen por las consecuencias que sus maridos, familias y vecinos tengan contra ellas, existe un silencio generalizado en este tipo de víctimas, lo hacen para evitar ser señaladas y rechazadas, por estas características es difícil que los cuerpos humanitarios identifiquen, cuantifiquen y trabajen estos casos.

Leymah Gbowee
Ya para concluir quiero compartir contigo ejemplos hermosos de mujeres que lograron reconciliación en medio del conflicto, con acciones no-violentas que es el tipo de lucha más poderoso que existe:

Las mujeres en Liberia: Leymah Gbowee, activista liberiana Nobel de paz, convocó a las mujeres sin importar la religión, para que rezaran juntas por la paz, vestidas de blanco se convirtieron en una fuerza política contra la violencia y el gobierno, la presión no violenta de estas mujeres durante las negociaciones de paz hizo que las partes aceleraran los procesos y se lograra un acuerdo de paz en el 2003 luego de 14 años de guerra.

Las mujeres de negro: en 1987 en Israel, un grupo de mujeres vestidas de negro se opusieron a la ocupación de los territorios palestinos y desde entonces han multiplicado sus redes en todo el mundo.

Las madres de la Plaza de Mayo: Formada durante la dictadura de Videla con el fin de recuperar a sus hijos detenidos desaparecidos y luego para establecer responsables de los crímenes de lesa humanidad allí cometidos, con un pañuelo blanco, símbolo de las madres, hecho inicialmente con tela de pañal, ellas socializaron la maternidad: eran las madres de todos los desaparecidos.

Valle Encantado: En el departamento de Córdoba en Colombia, un grupo de 27 mujeres desplazadas deciden volver al campo -porque es lo que sabían hacer- , viajaron hasta Villanueva Valencia, se tomaron de las manos frente a alias don berna y le anunciaron que venían a reclamar a sus hijos reclutados a la fuerza “No nos fuimos a la brava, tocó suave, con estrategias de mujer, pero se los quitamos!”, ellas asumieron la reconstrucción de su pueblo y levantar sus familias a través de emprendimientos y mucho trabajo. “Lo que nos toca es seguir construyendo la paz, porque sin paz en su corazón y en su región, no podrá tener vida tranquila”


Usted poder ver a su agresor a los ojos y decirle que ya no más, que por las malas no se puede vivir, que creemos una nueva sociedad, dejando todo atrás, lo que hicieron Gandhi, Mandela, es lo que hacen las mujeres de Liberia, Las mujeres de Blanco, de Negro, de Rosado (Code Pink, USA), Las Madres de la Plaza de Mayo, las del Valle Encantado, todos los días, y eso hay que celebrarlo, tal vez ellas no tengan un día, no tengan película o no tengan libros, pero que espíritu, que fuerza, que inspiración, eso es por lo que vale la pena seguir viviendo, a la Salud de ellas, de todas ellas!!!